Su
origen se remonta a
la ciudad de Milán,
más precisamente al
año1867 en el Café Campari, donde Gaspare
Campari su creador, ofrecía a su
clientela este aperitivo realizado a
partir de extracto de alcachofa. Su
característico sabor surge de la
combinación de hasta 60 ingredientes
distintos, incluyendo hierbas,
especias, ralladuras de frutas y
cortezas, entre las que sobresalen
la quinina, el ruibarbo o la naranja
amarga y la toronja. El
característico y llamativo color,
según el mito, era obtenido del
caparazón de tortuga, pero al día de
hoy, es la cochinilla el colorante
que se emplea en los licores para
obtener el destacado color rojo.
Campari es un
aperitivo conocido y apreciado no
solo en la república Argentina, sino
en todo el mundo. Es una bebida de
grado medio, tonificante y
refrescante. Si bien pertenece a la
familia de los bíteres su graduación
alcohólica es menor a la mayoría de
estos, siendo la misma de 28,5°. Su
creación es basada hasta nuestros
días, en una fórmula totalmente
secreta, que sigue siendo la base de
su originalidad. Su elaboración es
el resultado de la maceración de
alcohol seleccionado con una sutil
mezcla de hierbas aromáticas. Una
temporada de añejamiento enriquece
el producto dejándolo con un
exclusivo sabor y su único y
distintivo color.
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